Desde mediados de febrero y hasta el mes de septiembre de
2019, el centro de recepción de muestras que tiene el laboratorio
norteamericano Rock River en la ciudad de Villa María, Córdoba, analizó 70
muestras de silaje de alfalfa para conocer el estado de calidad del producto.
El estudio, abarcó a establecimientos productivos que se encuentran en un radio
de 100 kilómetros a la redonda y evidenció que hay muchos parámetros por
mejorar para lograr mejores silajes de alfalfas.
El laboratorio posee un rango de parámetros posibles de
alcanzar en la producción que permiten calificar al silaje de alfalfa como
óptimo, o cercano a lo recomenbale, al efectuar su confección. Bajo esta línea,
puede inferir que los silos de alfalfa de la región aún prestan ciertas
falencias a la hora de su confección, y que no necesariamente están dados por
la forma en que se lleva a cabo, sino principalmente por la calidad de la materia
prima (alfalfa) con la que se está trabajando.
“El silaje y el heno son métodos de conservación, que
permiten mantener propiedades del alimento a lo largo del tiempo, pero todo
método de conservación no puede mejorar la calidad inicial, por lo que necesitamos
tener siempre un buen cultivo desde donde obtener una calidad potencial de
almacenamiento”, explica el Ing. Fernando Clemente, titular del centro de
muestreo de Rock River en Villa María.
Entre los parámetros analizados en esta región está el de
Materia Seca, donde se evidencia un promedio a lo largo de seis meses de un
36%. “En estos niveles se puede decir que, en lo teórico, estamos al filo del
mínimo si lo comparamos con los parámetros de calidad de Rock River, donde el
rango optimo lo encontramos entre 35-40%”, indicó Clemente y añadió: “Deberíamos
estar un poquito más arriba, sobre todo para lograr una buena fermentación y no
tener fermentaciones indeseables, que producen mucho ácido butírico y nitrógeno
amoniacal, que pueden redundar en pérdidas productivas y hasta muerte de los
animales”.
Otro de los parámetros analizados sobre este muestreo es la
Proteína Bruta (PB). “Estamos en un 20%, que es un buen valor para la zona,
pero el laboratorio nos pone como objetivo arriba del 23% de proteína. Estos
tres puntos de diferencia son importantes, y creo que son posibles de mejorar
trabajando en el momento de corte, con las variedades y la siembra. En el
momento de corte, siempre se dijo (aunque
quedó como un concepto medio viejo, aclara) es necesario un 10% de floración.
Por lo que si nosotros queremos obtener un 23% de PB o un poquito más, tenemos
que cortar en pre-boton o botón floral, por lo que al cortarlo en un estado muy
anticipado es muy importante también el pre-oreo de alfalfa”, explicó el
profesional.
Remarcó además que “si nosotros medimos materia seca al
momento de recolectar esa alfalfa, luego en el silo baja 2 puntos ese
porcentaje, por lo que si nosotros queremos estar a un 35% de materia seca o
más, mínimamente debemos arrancar con un 38% la alfalfa midiendo en el campo su
materia seca. Otro tema a tener en cuenta es que, más allá de estar en un 20%
de PB, es importante saber cómo está esa proteína, si está 100% disponible para
el animal o no, que es otro de los parámetros interesantes para analizar, es
decir, si esa proteína no tuvo algún proceso de degradación. En estos casos, la
proteína indigestible nos da un poquito alto, por lo que tenemos mucho para
mejorar. Esto se hace principalmente en el momento de recolección. Es
fundamental también aquí tener buenos porcentajes de materia seca”.
Hay trabajo pendiente para mejorar la fibra total e indigestible
En la búsqueda de mejorar los componentes del silaje de alfalfa, Clemente observó en los muestreos que también la fibra total del alimento (FDN) tienen parámetros altos en los muestreos. “En el promedio estamos un poquito alto, en casi 44%, y tendríamos que estar por debajo de 40%, esto porque mientras más FDN tenemos, menos consumo también, por eso se buscan estos parámetros. El momento de corte es también aquí una determinante. Si nosotros cortamos en pre-botón floral vamos a tener menos cantidad de tallos en proporción que si dejamos que la planta avance y sobre todo que acumule lignina en el cultivo”.
Por otra parte, también se analizó el FDA, que es la porción indigestible de esa fibra FDN. Aquí, la cifra en la cual promedia el silaje de alfalfa de la región está en 37.5%. “Deberíamos tenerla un poco más bajo, en 30% por lo menos”, resaltó.
La digestibilidad de la fibra en el animal y el aporte de los materiales bajos en lignina
Clemente le comentó a TodoAlfalfa que desde hace un par de años el laboratorio ha sumado un nuevo parámetro de análisis que busca medir la digestibilidad de la FDN a lo largo del tracto intestinal del animal (TTNDFD). El objetivo, es saber que tan digestible es el alimento que ingresa al animal.
“Hoy hay una tendencia a nivel mundial de que las dietas
están siendo más forrajeras, arriba del 55% de forrajes (maíz, alfalfa, etc),
por lo que se está buscando que ese alimento sea lo más digestible posible. En
este caso, Rock River nos pone como parámetro arriba de un 42% en esa
digestibilidad de fibra y los análisis de la zona nos indican un 37% en
promedio”, subrayó.
Además, en este contexto, señaló que “en Argentina hoy ya
tenemos variedades que son baja lignina y esto nos va a ayudar a tener bajas
proporción de lignina para mejorar la digestibilidad de esa fibra. En los
análisis que estamos estudiando, vemos que un punto menos de lignina nos mejora
5 puntos de la digestibilidad de la fibra”.
A prestarle atención a los ácidos
La medición de los productos de la fermentación es también muy importante a la hora de sacar conclusiones del silaje de alfalfa que estamos produciendo. Saber cuáles son los ácidos predominantes y como están actuando nos permitirán evitar consecuencias productivas indeseables.
«Si yo comparo los silos de mayor calidad contra los silos de menor calidad, tal vez el Ph del silaje de menor calidad sea más bajo, pero si veo la distribución de los ácidos y tengo más ácidos butíricos, esto es lo que me indica que tuvo una mala fermentación ese silo. Por otra parte, obviamente que tienen que predominar las bacterias lácticas, que son más eficientes en la conversión de los azúcares solubles en ácidos”, explicó Clemente.
Evitar el ingreso de tierra a la hora de confeccionar el silo
El nivel de Ceniza es otro parámetro que altera nuestro silo de alfalfa. Según los análisis efectuados en la región centro-sur de Córdoba el promedio está bastante alto también. “Muchas veces esto se debe a que usamos rastrillos laterales, que incorporan tierra en el proceso, y esto hace que nos aumente la ceniza. Los clostridium están en la tierra, entonces al sumar tierra incorporamos clostidium y me hace mucho más complicado que las bacterias lácticas dominen esa fermentación”, remarcó Clemente.