Agréguese a eso la aparición de yuyo colorado en las alfalfas, para lo cual todavía no hay insecticidas aprobados, y se tendrá la tormenta perfecta instalada sobre las pasturas. También influye en las decisiones de siembra el encarecimiento del maíz, que amenaza con prolongarse por mucho tiempo, que obliga a volver a una recría a campo en vez del encierre a corral que se expandió en los últimos años.
«Los terneros destetados seguirán su evolución en pasturas y verdeos de invierno, en los que se buscará que carguen por lo menos 60-70 kilos antes de ingresar a la etapa de terminación, en la que es muy difícil prescindir de la alimentación con concentrados», anticipa el profesional.
Si se opta por verdeos, la recomendación del técnico es elegir una especie que no resienta el rendimiento del cultivo agrícola posterior, por ejemplo de la soja, por su ciclo demasiado largo.
En la recría también vuelven a tener lugar los silajes. El de alfalfa es el más barato, medido en producción de energía y de proteína, porque su costo de implantación se amortiza en cuatro años. Comparativamente, el silo de maíz puede generar más materia seca por hectárea, pero con un costo de implantación superior al amortizarse solamente en un año.
Carlos Marin Moreno