Nuevas zonas para el cultivo de alfalfa en Argentina La producción forrajera está definida en gran medida por las características genéticas del cultivar y, aunque esto determine un rendimiento potencial elevado, es necesario que se den las condiciones adecuadas para que éste pueda expresarse. En este aspecto, el ambiente y el manejo juegan un rol de fundamental importancia en la definición del rendimiento logrado.





En zonas como el sur de La Pampa, Río Negro y Neuquén, que
años pasados se consideraban marginales o complicadas para la producción del
cultivo de alfalfa, hace ya unos años que, con el manejo eficiente del riego,
avances en cuestiones de logística, sistematizaciones, mejoras en el rubro
maquinarias y lo no menos importante, las variedades modernas de alfalfa que
hoy existen en el mercado argentino las cuales tienen un mejor comportamiento
al frío, excelentes potenciales de rendimiento y más los altos perfiles
fitosanitarios, hacen que podamos utilizarlas con sobresalientes resultados
productivos.

Observamos que los en suelos de desmonte o subutilizados, se implantan alfalfas de no solo grupos con latencia intermedia como el caso de grupos 6, sino también están mostrando excelentes performances las de grupos 8 y 9. Tal es el caso del productor Jorge Marcelo Duca, cuyo establecimiento está ubicado en la localidad de Juan A. Pradere – Bs. As., límite norte de la Patagonia, cruzando el río Colorado, en plena zona cebollera.

La variedad utilizada por el productor fue WL 903, la cual
se implantó en el otoño de 2016. Algunos lotes se sembraron sobre el cultivo
antecesor cebolla y por ende aprovechando el fertilizante residual aplicado.
Otros en cambio, sobre tierra sin cultivos durante 3 ó 4 años, pero todos sin
fertilización de base al momento de la siembra, tampoco se fertilizaron en todo
el ciclo del cultivo.

En tal sentido nos comenta que “nunca realizó aplicación
alguna de insecticida, y él no ha visto en los 4 años pulgones y tampoco daños
causados por ellos”.

En algunas zonas la siembra se realiza con cultivos
protectores (avena, triticale o centeno), esto es debido a los fuertes vientos
que hay, más los suelos sueltos con algo de arena y/o limo que pueden producir
problemas de logros al lastimar las plántulas y no dejarlas anclarse bien en el
suelo. Luego estos cultivos protectores, una vez lograda la implantación y un
desarrollo aceptable de la plántula, se pueden pulverizar con algún graminicida
o dejarlos que cumplan su ciclo, depende de lo que decida el productor /asesor
de cada establecimiento.

Toda esta zona tiene una alta heliofanía y no existen
limitaciones de demanda hídrica por la ventaja del riego. Ambas características
ayudan a tener y esperar, con las correcciones edáficas de fertilización y
sistematización para el manejo eficiente del riego, altísimos rendimientos de
materia verde, con muy buena sanidad y estupendas persistencias.

En el caso del productor referenciado, el riego se realiza
por manto o inundación con agua de excelente calidad del río Colorado. El
próximo año tratará de innovar en el sistema de riego por goteo, observado en
Qatar y según nos comenta “aprovecha mucho más el uso del agua, incluso se
pueden realizar fertilizaciones por este medio de manera mucho más eficiente”.

La producción obtenida por el productor, es en promedio de
12 rollos por hectárea por corte y realiza entre 5 y 6 cortes por año hasta
ahora, durante los 4 años de producción de los lotes, pero él mismo reconoce un
manejo inadecuado del cultivo (con capacidad de corte y recolección bajos, ya
que le quedó chico el parque de maquinaria), también comenta: “creo que la
variedad da para mucho más con un buen manejo de fertilización y cortes”. En
este sentido, destaca el “excelente rebrote, aún maltratada y sin
fertilizantes, el excelente follaje y la persistencia”.

Por el Ing. Agr. Gabriel A. Kieffer – Agvance S. A.





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